Cada vez más ciclistas descubren que mejorar no sólo requiere dar pedales, sino que hay que completar el entrenamiento en bici con otros aspectos. Uno de ellos es sin duda el entrenamiento de fuerza.
La técnica de la cadencia o el control de la bicicleta son aspectos que sólo se pueden entrenar sobre la bicicleta. Sin embargo, otros muchos aspectos se practican bajados de ella. Incluso los ciclistas profesionales se exprimen en el gimnasio. Y su principal objetivo, normalmente, es entrenar la fuerza en el ciclismo.
Hasta hace unos años, dicho sea de paso, este tipo de entrenamiento se pasaba por alto. Incluso muchos equipos de élite y muchos ciclistas profesionales obviaban estas variaciones en el ejercicio que pueden ayudarte a realizar una actividad más específica de fuerza para, más tarde, poder explotarla sobre la bici.
Es obvio que montado en la bici, hay cosas que entrenas peor que usando una máquina de gimnasio específica para ello. Por eso, el entrenamiento de fuerza es importante, y aquí te damos 5 razones.
Así es. Es el argumento que más sorprende a quienes no lo conocen, pero los estudios científicos han corroborado que el entrenamiento de fuerza también ayuda a reducir la velocidad natural de deterioro cognitivo. Es decir, que practicar este tipo de ejercicios hará que tu sistema nervioso se conserve mejor y no sólo te ayuda a memorizar mejor sino que además evita que de cara a tu envejecimiento, tengas más probabilidades de desarrollar enfermedades degenerativas del aparato nervioso, como la demencia o el alzhéimer.
Coordinación y equilibrio ¿para qué sirven sobre la bici? Pues para muchísimas cosas. La coordinación hará que tu cadencia sea óptima y que tu control de la bici, cambios de desarrollo y cambios de trazada, mejoren notablemente. El equilibrio, por su parte, es fundamental porque se trata de ir sobre la bici precisamente, es decir, evita caídas y además hace que distribuyas mejor los pesos. El entrenamiento de fuerza conlleva ejercicios que potencian estos dos factores, coordinación y equilibrio, y con ello, los mejora para cuando luego te subas a la bici.
El músculo se pierde fácilmente de forma natural. Con la edad, como es obvio, la actividad se reduce y el músculo se degenera más rápido. Ambos factores hacen que la curva de pérdida de masa muscular sea exponencial. Y el entrenamiento de fuerza frena esa tendencia, haciendo que, aunque ya seas un ciclista bastante maduro, conserves gran parte de tu masa muscular, mejorando tu potencial sobre la bici.
Nadie sería tan osado de afirmar que por entrenar fuerza serás más rápido sobre la bici. Son tantos los factores que intervienen en ese concepto de velocidad, que no por entrenar fuerza ya lo consigues. De hecho, el músculo pesa más que cualquier otro tejido o masa corporal, así que, de hecho, hay una caída de la curva cuando haces entrenamiento de fuerza para ciclismo porque, circunstancial y temporalmente, puedes ganar peso.
Sin embargo, digamos que a la larga sí que te hará más rápido. Porque te hará más reactivo. Esto quiere decir que tener más masa pero sobre todo más tonificada hará que tu reacción nerviosa y motora sea más directa. Por lo tanto, inicialmente serás más reactivo y, a la larga, cuando encuentres el equilibrio entre masa y peso, serás más rápido muy probablemente.
Ya nos hemos acostumbrado a perfiles de ciclista versátiles. Hasta estos últimos años, un ciclista tenía el perfil que tenía. Aún se sigue siendo más escalador o más rodador, pero los ciclistas completos son los que acaban ganando las grandes carreras, así que los perfiles han cambiado.
Y para avivar esta versatilidad, el entrenamiento de fuerza para ciclismo es fundamental. Puedes estudiar tu anatomía y definir el ciclista en el que te quieres convertir para, en consecuencia, hacer entrenamientos de fuerza y adquirir esa fuerza que necesitas. La fuerza te hace más versátil, porque puedes usarla a tu antojo una vez la controlas.
Fuente: BrujulaBike.com