Hay que reconocer que los deportistas de larga distancia tenemos cierta obsesión con eso de saber cómo quemar más calorías, incluso cuando no estamos entrenando.
Nos gusta tener un cuerpo eficiente, con metabolismos basales altos, y toda recomendación para incrementar el gasto calórico es bienvenido.
En ese sentido, hoy vamos a hablar de pasar frío y quemar calorías. Hay varios estudios que sugieren que un entrenamiento y un descanso en condiciones más frías de temperatura podría hacernos eliminar hasta un 15% más de dichas calorías.
Para poner en contexto la quema de calorías en condiciones de frío, tenemos que comenzar hablando de la grasa parda -o tejido adiposo marrón, que es la otra terminología con la que se le conoce.
En términos generales, no se ha prestado mucha atención a los beneficios de la grasa parda. A diferencia de la blanca, es un tejido adiposo bueno, que se almacena principalmente alrededor del cuello y de los hombros.
Es utilizada por el organismo utilizada para generar calor corporal en condiciones de frío.
Pero, ¿qué relación tiene esta grasa con la quema de calorías? Pues bien, aquí entra en juego el proceso de la termogénesis.
A través de ella la grasa parda quema calorías a través de la oxidación de ácidos grasos y la producción de calor mientras descansamos.
El papel del tejido adiposo pardo de cara al mantenimiento de la temperatura corporal ha sido el objeto de estudio de una investigación publicada en la revista Diabetes, en 2014.
La finalidad era estudiar qué efecto se produce al dormir en función de la temperatura.
Tras haber dormido a 19 grados durante un mes, los participantes mostraron un aumento del 42% de su volumen de grasa parda, y un 10% de incremento de la actividad metabólica del tejido adiposo. Esto es, quemaron más calorías mientras dormían.
Sin embargo, en la tercera etapa, con 24 grados, los participantes volvieron a las cifras iniciales. De esta manera, quedaba demostrado que una temperatura más baja es un punto clave para la producción de grasa parda y la eliminación de calorías.
En otro estudio, esta vez publicado en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, se señalaba que la grasa blanca podría asumir las características de la parda bajo condiciones de temperaturas frías, convirtiéndose en una mezcla que podría ser utilizada para la producción de calor y ayudando también en el proceso de la quema de calorías.
La misma revista, el pasado 2020, publicó otra investigación en la que mostraba cómo la grasa parda en temperaturas frescas ayudaba a quemar un 15% más de calorías que en otras circunstancias.
Si estás intentando eliminar calorías y quieres comprobar cómo influye la temperatura mientras dormimos en este proceso, ten en cuenta que la calidad de tu descanso también es un factor que determinará los resultados.
Así, un buen descanso te llevará a quemar más calorías que un sueño deficiente, algo en lo que interfieren factores como lo que has cenado o a qué hora has realizado tu última comida del día.
Mientras estamos dormidos, el gasto energético mínimo que realiza nuestro cuerpo para mantener las funciones más básicas del organismo se denomina metabolismo basal.
Este se mide en calorías y el dato dependerá de múltiples aspectos como la edad, el peso, la altura, el sexo o la masa muscular.
Para los deportistas, lo ideal es que el metabolismo basal sea alto, pues esto significa que tendría una menor tendencia a engordar. Además, al tener un gasto energético más elevado, quemarán más calorías y reducirán su porcentaje de grasa.
Por otra parte, el gasto energético que se produce mientras dormimos es más acentuado en la fase REM del sueño, cuando el cerebro está más activo y, por tanto, consume más glucosa.
Durante este período, además, aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial en comparación con otras fases del sueño. Cuando el descanso es deficiente y la fase REM no llega a producirse, ello influye negativamente en el metabolismo y puede conllevar que ganes peso.
Ahora que conoces esta información, quizá te plantees dormir más de lo normal para eliminar más calorías. Pero la realidad es que descansar más horas de las recomendadas provocaría el efecto contrario, pues se reduciría nuestra actividad diaria.
Por eso, lo mejor es aprovechar los beneficios del descanso, pero también los del entrenamiento, importante para producir más grasa parda, pues durante el ejercicio se libera una encima llamada irisina, capaz de convertir grasa blanca en tejido adiposo pardo.
Ten en cuenta la importancia de dejar un impás de tiempo importante entre el entrenamiento y el irte a dormir. De hecho, como comentábamos hace unos días, puede llegar un punto en el que los entrenamientos hacen que durmamos peor.
Así que recuerda: entrenar en condiciones frescas te ayudará a sacar el máximo provecho de esto y deshacerte de las calorías de más.
Si en tu caso tienes un metabolismo basal más bajo de lo que te gustaría, puedes probar a realizar entrenamientos por intervalos o ejercicios aeróbicos. Aumentar tu masa muscular también elevará tu metabolismo basal, así como comer proteínas, aumentar la ingesta de frutas y verduras e hidratarte más.
Fuente: PlanetaTriatlon.com