Copa de La Amistad
Erminio Bolgiani
La Copa de la amistad es el reconocimiento simbólico más significativo que el CCS otorga anualmente a uno o una de sus socios. Se premia lo que esa persona da a los demás y a la Institución, con su manera de ser y actuar en el ámbito común.
El CCS Nació hace 40 años como un club de amigos con la intención de convertirse en un actor importante en el ciclismo nacional. Y lo logró.
La amistad refleja lo que pensadores modernos definen como “el amor sin cuerpo y la solidaridad sin recompensa”. Este valor arraigado en los fundadores, se convirtió en una práctica continua gracias a nuevos dirigentes y socios, convirtiéndola en cultura organizacional, que ha permitido crear un espacio lúdico de felicidad.
Sin olvidar la importancia del lema Olímpico, “más rápido, más alto, más fuerte”, nuestro Club reivindica y añade la mano amiga, que acompañó al socio hombre o mujer en la ruta o fuera de ella, asistiéndolo, apoyándolo, dándole la fuerza para perseverar. Al que supo escuchar, al que le dio alegría, al que le enseñó los secretos del andar bien en bicicleta, al que colaboró para que el que estuviera en dificultades de otra índole, pudiera sortearlas con menos sufrimientos. Además, tolerancia en todos los ámbitos, amplitud de miras y respeto, han sido los otros valores que se encuentran en el fondo luminoso del trofeo.
Este es el profundo significado de la Copa de la Amistad y la razón del paso por el Club de cientos de ciclistas, como asimismo de los que hoy conforman la lista activa de participantes, quienes miran con gratitud a aquellos y aquellas que recibieron el trofeo en su momento, entregando solidaridad sin esperar recompensa.
El primer socio en recibir la copa fue René Ramírez Ponce (QEPD) y el último Wilfred Schwartz Trincado. En los años anteriores sucesivos, Enzo Fantinati Caviedes (QEPD), Gabriel Donoso Phillips (QEPD), Luis Lund Plantat, Hugo Fantinati Rugerroni, María Teresa Larraín, Pelayo Astaburuaga Suárez, Andrés Gutiérrez Gutiérrez, Rodolfo González, Andrés Michaeli Silva, Ximena Saavedra Larraín, Juan Pablo Cousiño, Ricardo Gómez López, María Soledad Biehl, Aníbal Debandi Lizárraga, Pablo Abelli, César Avilés, Pablo Guerrero y Marcela Maturana D´Esposito.
Copa al Mérito Deportivo
Enzo Fantinati
La verdad, no recuerdo que fue primero, si ver la copa en un anticuario en la calle Larco, mientras paseaba una tarde por Lima, o fueron los gritos de nuestro querido Enzo Fantinati, que pedaleaba desaforado a sus cerca de 80 años para mantenerse en el pelotón en una carrera del CCS entre Puangue y Cuncumen.
“¡Otra cosa es con número, otra cosa es con número!”, gritaba una y otra vez, era otro Enzo, era otro el pelotón!
En algún momento uní esa copa en la vitrina con el reconocer al mejor.
No necesariamente el primero, el ganador de una carrera, ni el mas rápido, sino ese con voluntad de hierro, esa con perseverancia a toda prueba, esos que sufren hasta casi morir para llegar a la meta, aunque saben que no ganaran mas que un silencioso e íntimo “¡Lo hice, lo logre, llegue!”
He admirado toda la vida a quienes, a punta de esfuerzo, sacrificio y perseverancia contra viento y marea, contra cuestas y caídas sangrientas dan la vida por cumplir sus sueños.
¡Por Dios que se parece la bicicleta a la vida!
Por eso traje esa copa al mérito deportivo, al mejor del CCS.